martes, 9 de junio de 2009

Hoy nuevamente, vuelvo a sentir la misma mierda de siempre. Nunca nadie me va a empezar a entender. Porque pueden entenderme a grandes rasgos, pero si la base no está, muchas de mis acciones son un gran desequilibrio emocional, bueno de hecho lo son. Me chupa bien un huevo si no se entiende lo que escribo, porque como tampoco me gusta como escribo, voy a conformarme (una vez más) con intentar sacarme este fantasma que me persigue a todos lados, invisible, invencible.
Quisiera que este texto lo leyeron muchas personas, no sé si muchas, pero algunas en especial, no esperaría que su respuesta solo fuesen preguntas o abrazos, solo quisieran que se interesaran en leerlo y pensar en silencio. A su vez, quisiera que no lo viese nadie.
Llevo años intentando lidiar con esto. Me odio y cada acto quisiera transformarlo en una acción mejor realizada (por ejemplo ahora este texto al que no puedo dejar de probar perfeccionar). Esto se puede entender a simple vista: soy una desequilibrada, sensible del orto. Ustedes me dan la razón cuando decimos lo mucho que me desvivo por los que más quiero, por los que realmente considero, porque puedo amar a mi madre y tratarla como una basura por no considerarla. Siempre focalizo (voy a evitar recordar si está bien escrito o no, por eso lo aclaro, para seguir el texto) todas mis buenas intensiones en estos pocos que considero, todos mis sentimientos "puros". Y he aquí claramente que todo lo malo recae en mi persona, nadie tiene sentimientos de un solo tipo de clasificación. Entonces me encuentro con una mentira viviente, en la que pretendo tenerme algo de aprecio y estar de acuerdo con lo que siento, pienso y hago, cuando verdaderamente nunca me encontré.
Esta busqueda completamente inconclusa me llevó como algunos sabrán a caminos tristes e hirientes. Como también me llevó a muchos de ustedes como "salida del tunel". Ustedes, lugar dónde di todo de mi, aunque a veces ni se notara. Ustedes, lugar en que por siempre intentar quedar bien, me alejo. Y me llevó a reencontrarme conmigo misma, con la versión no aceptada y a mi parecer errada de lo que soy.
Pero no son ustedes, mi presente, ese que quiza me acompaña hace ya más años o menos, quienes me generan este daño interno, quiero como siempre dejar esto en claro, ´porque sin ustedes seguramente mi locura hubiese ido más allá y no sé por qué esto me hace pensar que hubiese sido peor, ah si, la soledad, mi gran temor.
Es el saber, el sentir una y otra vez esa maldita inseguridad segura de no poder gustar, de lograr todo lo no deseado que pasa en mi mente.

No hay comentarios: